En el Perú, existe una gran debilidad del aparato público y ello ocurre a pesar de que, por sus características (mayores diferencias sociales, mercados internos pequeños, sectores empresariales poco competitivos, etc.), es posible concluir que la región requiere una participación estatal tan importante o incluso mayor que la del mundo industrializado para enfrentar los principales problemas y desafíos del desarrollo. Por esta razón, la modernización del Estado no es sólo un tema prioritario, sino también urgente.
El Perú constituye un caso extremo, esto debido a los siguientes aspectos: extrema pobreza, extrema debilidad del Estado, extrema insuficiencia en el desarrollo de los mercados y extremos desencuentros históricos entre las organizaciones significativas de la sociedad. Además, en el pasado reciente los peruanos han pasado de un gobierno en extremo intervencionista (1985-1990) a uno en extremo liberal (1990-1996).
Un claro ejemplo que demuestra la ineficiencia de la participación del Estado se refleja en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) el cual mide el bienestar social; el valor del IDH para el 2007 fue de 0.773 esta cifra se expresa como un desarrollo humano medio y Perú se encuentra en la posición 87 de un total de 177 países. Su PIB Per Cápita expresado en dólares equivale a 6.039 para el mismo año.
Recordemos que el coeficiente de Gini se utiliza sobre todo para medir la desigualdad en los ingresos, también puede utilizarse para medir la desigualdad en la riqueza; en el caso de Perú su coeficiente de Gini es de 52.0 para el año 2008, esto indica que la desigualdad de ingresos que existe en el Perú es bastante grande ya que mas del 50% de los ingresos no están distribuidos equitativamente entre la población.
En Perú hay un gran problema en lo que respecta a los servicios de saneamiento adecuados ya que el 72% de la población total tiene dificultades en la adquisición de dicho servicio.
La población que vive bajo el límite de una Línea de Pobreza fijada en un dólar diario -a los precios internacionales de 1985- ajustado en función de la paridad de poder adquisitivo, representa para Perú esta población debajo de la línea de pobreza establecida se encuentra entre 11,6 por ciento y 15,9%
A estos factores, que ayudan a comprender los problemas que enfrenta el Perú en la transición hacia un manejo más institucionalizado de las reformas de política económica y social, se une la escasa influencia política de la oposición. Como consecuencia, dentro del gobierno, sobre todo en el Poder Ejecutivo y en el Congreso, no existen condiciones e incentivos para el diseño y puesta en práctica de estrategias y políticas de largo plazo, entre las cuales se encuentra la reforma del Estado peruano.
Por el contrario, la forma en que se ejerce el poder político lleva a una concentración de decisiones en pocas manos, socava los esfuerzos para reformar las instituciones públicas y debilita los procesos de planeamiento estratégico y descentralización. Si esto no se modifica sustancialmente no será posible avanzar hacia una reforma del Estado duradera, coherente y capaz de sustentar un proceso de desarrollo económico y social en la transición hacia el siglo XXI.
Fuente: HERZK; Jaime; et all (1999). “La Reforma del Estado en el Perú”. Agenda: Perú. Edit Miraflores
Comunidad Andina 2005