FUNCIÓN SOCIAL DEL ESTADO
Antes de establecer una postura propia sobre si el Estado debe de intervenir en la sociedad o no, es pertinente hacer una revisión sobre las diferentes escuelas del pensamiento económico, es evidente que cada una de las respuestas se encuentran influenciadas por el contexto histórico en el que se desarrollan, así como también por posturas ideológicas e intereses económicos.
En el siglo XVI los mercantilistas reclamaban la presencia de gobiernos fuertes y unitarios que permitieran la consolidación de los estados nacionales. Mientras algunos creían que bastaba con acumular oro y plata para garantizar la riqueza individual y nacional; otros impulsaron a sus estados a la expansión del comercio y el dominio de los mercados (Burkun y Spagnolo, 26-27).
Frente a esto, los fisiócratas buscarán la eliminación de toda traba que impidiese el funcionamiento del orden natural establecido por Dios para bienestar de los hombres. A partir de allí, propugnarán la no intervención del Estado en la resolución de los problemas económicos. Entre los siglos XVIII y XIX, la escuela clásica adoptará el orden natural como principio de racionalidad y profundizará algunos aspectos de la relación entre el gobierno y los mercados privados. Se trata de una escuela liberal y, en tanto, no intervencionista ya que el capitalismo encarnará para ella las nociones de libertad e igualdad (Burkun y Spagnolo, 28-30).
El marxismo constituyó otra de las respuestas al rol del Estado en economía. Para Marx, el intervencionismo era necesario para mantener el funcionamiento de la relación de explotación entre capitalistas y trabajadores, y se explicaba en la necesidad de articular las voluntades individuales y controlar los conflictos que amenazaban la continuidad del sistema. (Burkun y Spagnolo, 36)
El keynesianismo en los años treinta significó la generalización del Estado de Bienestar entendido como el conjunto de acciones públicas tendientes a garantizar a todo ciudadano de una nación el acceso a un mínimo de servicios que mejore sus condiciones de vida.
Luego de la segunda guerra mundial, las teorías sobre el desarrollo partieron de la premisa de que el sector público podía utilizarse para consolidar el cambio estructural necesario por aquel entonces, cambio principalmente vinculado al requerimiento de una rápida industrialización. Las décadas siguientes aparejaron un papel activo de parte del Estado (Evans, 529).
Posteriormente con la crisis de los años setenta se alteró la perspectiva de la intervención pública, de esta manera en la década de los 80 resurgieron las ideas liberales considerando que el Estado no era la solución sino el problema ya que se le atribuyó el desempleo masivo, la inflación y la debilidad del crecimiento.
Dado todo lo anterior es que consideramos que la participación o intervención del Estado es importante, más sin embargo tal como lo refiere la teoría Keyenesiana este solo debe garantizar las condiciones para que todos tengan acceso a los servicios básicos que les permitan mejorar sus condiciones de vida, no obstante se agrega que el Estado deberá intervenir precisamente cuando exista una serie de problemáticas generales que impidan el desarrollo de la población, de otra manera sería injustificada su intervención.
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